jueves, 13 de enero de 2011

"JOSÉ MANUEL COSANO RESTAURA LOS ÁNGELES PASIONISTA DEL NAZARENO"

Por Antonio J. Maíz.
Los cuatro angelotes pasionistas que acompañan a Jesús Nazareno durante todo el año en su paso procesional del Viernes Santo y en su camarín de la Parroquia, están siendo restaurados por el escultor e imaginero pontanés José Manuel Cosano Cejas, en su taller sevillano de la calle Rodrigo de Triana del popular barrio hispalense.

 
Los angelotes que vinieron a sustituir a otros de escaso valor artístico, son obra de José Ortiz y Campos (s.XIX) escultor natural de Córdoba y Catedrático de la Escuela de Bellas Artes de la citada ciudad, que aunque se comprometió a entregarlos en la semana Santa de 1882, no lo hizo hasta el 24 de febrero de 1883. En un segundo contrato, firmado en Córdoba el 6 de septiembre de 1882, establece que los ángeles han de medir una vara, es decir, 83'59 cm, incluida la peana en forma de nube plateada, siendo estofadas las alas y el paño de pureza y pintados la carnadura y los instrumentos de la Pasión que llevarían en las manos. 

Estos ángeles niños están interpretados de acuerdo a un canon estético muy común en el XIX. Son niños desnudos de cabezas redondas, caras regordetas de gesto compungido y cuerpos rollizos, como tiernos infantes sacados del regazo maternal. Denotan claramente la tradición barroca y especialmente la deuda con los bellos y numerosos ángeles niños pintados por Bartolomé Esteban Murillo, pintor de creciente revaloración en el Ochocientos, capaz de entusiasmar por igual al gusto popular y a los expertos académicos. Los ángeles buscan más la composición simétrica que la expresión de la vitalidad infantil. Los dos anteriores van arrodillados y levantan el brazo correspondiente al interior para sostener los cordones de la túnica de Jesús, llevando en la otra mano símbolos de la pasión, un martillo el del costero derecho y los clavos el del izquierdo. Los posteriores van de pie sobre la nube que les sirve de base, llevando lanza y corona de espinas el derecho y escalera y tenaza el compañero. Los paños púdicos siguen también la disposición simétrica, enganchándose en hombros contrapuestos por parejas, para que hagan juego.


(Recuperación de la policromía original)
Con el paso de los años sufrieron sin duda los ángeles piadosas intervenciones. Jiménez Rodríguez registra ya una restauración anterior a 1920 y, probablemente, aunque no existan testimonios documentales, se repintarían después de la guerra civil, con tan escaso acierto que levantó los ánimos de numerosos cofrades, que hicieron valer su voto en el Cabildo General de 1952. Esta Asamblea determinó que se quitara a los ángeles "...los colorines que hoy tienen y que tanto desdicen en la procesión dada la severidad del Paso de Nuestra Venerada Imagen". 
El último arreglo importante es de 1984, en que se procedió a su restauración en el taller cordobés de Miguel Arjona Navarro, con un coste de 200.000 pesetas. Ahora nuestro paisano José Manuel Cosano, afamado en el mundo cofrade por sus acertadísimas restauraciones, se encuentra en pleno proceso desde el mes de noviembre cuando fueron trasladadas las imágenes hasta su taller, se pretende, entre otras cosas, eliminar el tono gris verdoso que se puede apreciar claramente en la policromía actual, fruto de desafortunados repintes, frente a la frescura sonrosada de los colores originales, que se están tratando de recuperar. En la fotografía se aprecia las partes de policromías que ya se están limpiando y su sonrosado color. 

Posiblemente y si no hay ningún contratiempo, en el Quinario de la próxima cuaresma podremos ver de nuevo a Nuestro Padre Jesús Nazareno acompañado de sus angelotes después de haber sido restaurados.

(Fotos: mananta.org)

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