jueves, 30 de octubre de 2008

"CABILDO DE ELECCIONES EN LA HDAD. DE JESÚS NAZARENO"

La Pontificia y Real Cofradía y Hermandad de Ntro. Padre Jesús Nazareno convoca Cabildo General de Elecciones en el Salón Parroquial de Jesús Nazareno el próximo día 1 de Noviembre, día de Todos los Santos, a las 18.00 h. en primera convocatoria y media hora después en segunda con arreglo al siguiente orden del día:
ASUNTO ÚNICO: ELECCIÓN DE COFRADE MAYOR

lunes, 27 de octubre de 2008

"ELECCIÓN DEL NUEVO COFRADE MAYOR DE LA EXTINGUIDA COFRADÍA DE NTRA. SRA. DE LA CRUZ"

Según ha podido saber este portal, mañana 28 de Octubre a las 21.00 h tendrá lugar una reunión en la Casa Cuartel de la Agrupación de Hermandades, Cofradías y Corporaciones Bíblicas situado en el claustro del Ex-Convento de Ntra. Sra. de la Victoria (Los Frailes), en la que se llevará a cabo la elección del nuevo Cofrade Mayor para la Cofradía de Ntra. Sra. de la Cruz y San Juan Evangelista y de esta manera su reorganización.

sábado, 18 de octubre de 2008

"FCO. JAVIER REINA JIMÉNEZ PRESENTÓ LA II EDICIÓN DE LA MEMORIA MARIANA SEVILLANA"

Francisco Santiago. Ya está disponible en las librerias Zéfiro y Mundo Cofrade, la nueva y ampliada edición del libro "Memoria Mariana Sevillana", del mariólogo Giovanni Lanzafame.
Como novedad, esta edición se ha ampliado a 250 páginas, con la inclusión de 30 nuevas imágenes de alto valor histórico, que hacen un total de 150 repartidas por los 6 capítulos. El libro cuenta con la presentación del Cardenal fray Carlos Amigo Vallejo, consideraciones de la periodista y pregonera de las Glorias, Irene Gallardo, así como prólogo del propio autor. Como ya les informamos, el libro se presento en el templo del Santo Ángel, dentro de los actos del IV Centenario de la iglesia carmelita. Presentó el acto Javier Reina Jiménez, cofrade de Puente Genil y Caballero de la Orden de la Merced. En el acto estuvieron presentes el Cónsul de Italia, y cuerpo consular además de Giovanni Taibi, de la Real Maestranza de Caltanissetta, que había acudido a Sevilla para participar en la procesión de la Virgen del Rosario del Dos de Mayo, con cuya Corporación está hermanada. De la provincia, que también está presente en el libro, estuvieron presentes las hermandades de la Vera Cruz de Albaida, la Asunción de Cantillana, además de la Inmaculada de Villanueva, entre otras.
(Fuente: Arte Sacro)
PRÓLOGO A UNA MEMORIA MARIANA SEVILLANA Iglesia carmelitana del Santo Ángel Sevilla, 11 de octubre de 2008 Víspera de Nª Sª del Pilar
“El pueblo creyente y de fe sencilla, siempre buscó y encontró en la Virgen del Carmen su celestial y segura Mediadora y el más preciado y reparador bálsamo para sus padecimientos y heridas del alma.
Tengo mil dificultades: ayúdame. De los enemigos del alma: sálvame. En mis desaciertos: ilumíname. En mis dudas y penas: confórtame. En mis enfermedades: fortaléceme. Cuando me desprecien: anímame. En las tentaciones: defiéndeme. En horas difíciles: consuélame. Con tu corazón maternal: ámame. Con tu inmenso poder: protégeme. Y en tus brazos al expirar: recíbeme. Virgen del Carmen, ruega por nosotros. Amén.
Y así seguimos confiando y rezando a quien es Soberana de cielo, mar y tierra:
¡Salve! Estrella de los mares. De los mares Iris de eterna ventura, ¡Salve!, ¡Oh! Fénix de hermosura, Madre del divino amor. De tu pueblo, a los pesares tu clemencia dé consuelo. Fervoroso llegue al cielo y hasta Ti, hasta Ti nuestro clamor.
De tal forma aclaman nuestras gargantas a la Virgen del Carmen cuando cantamos las estrofas marineras de su Salve, pues en el mar proceloso de nuestra existencia siempre encontraremos un asidero seguro y una tabla de salvación en Ella: MARÍA, LA DEL CARMEN. Y en el oleaje de nuestras fatigas y luchas diarias: el CARMEN reparador y vivificante de MARÍA. Siempre y en todo: LA VIRGEN DEL CARMEN. Por que Tú, Reina del Carmen, para que Sevilla nunca pueda olvidarte, surcaste sus barrios y arrabales y arribaste a sus templos y capillas y hasta te hiciste presente en azulejos populares, para descubrir a tantas mujeres y hombres una tierra nueva, promesa eterna de Jesucristo, el Hijo bendito de tu santo vientre. ¡Siempre con Sevilla y en nuestro corazón, Señora y Capitana Nuestra: SANTA MARÍA, LA DEL MONTE CARMELO! Y por si esto le supiera a poco, aquí nos dejó Ella también, como ángeles custodios, a estos sus otros hijos espirituales, los de la Orden del Carmelo del Santo Ángel o la iglesia del Santo Ángel del Carmelo, que tanto monta,.. 400 años de singladura, sorteando tempestades y remando sin desmayo a las órdenes de la Virgen del Carmen, desde este galeón mariano de la calle Rioja. Y así, por siglos, se remonta y se cuenta la Memoria Mariana de Sevilla, Memoria que ha venido a refrescarnos y hacernos cercana Monseñor Giovanni Lanzafame con esta su ya segunda edición y que ha querido dedicar y presentar en este emblemático templo carmelitano del Santo Ángel, tan arraigado en el cariño de los sevillanos” […]
Francisco Javier Reina Jiménez
(Fotografías: Cedidas por Fco. Javier Reina)

jueves, 16 de octubre de 2008

"LA PRESENTACIÓN AL PUEBLO (ECCE HOMO)"

PANORÁMICA GENERAL
La estrategia ideada por Pilatos había depositado todas sus esperanzas en un imprevisto golpe de efecto con el que confiaba librar al reo de la muerte. Al percatarse del estado lamentable en el que los soldados lo habían dejado abandonado después de la farsa en el Pretorio, el procurador pensó instrumentalizar a su favor dicha situación, esperando provocar con ella la compasión del gentío. En consecuencia, "otra vez salió Pilatos y les dijo: Aquí os lo traigo para que veáis que no hallo en El ningún crimen. Salió, pues, Jesús fuera con la corona de espinas y el manto de púrpura y Pilatos les dijo: Ahí tenéis al hombre". San Juan es el único de los Evangelistas que ha transmitido la relación de una escena que, abreviada en la locución latina Ecce Homo, introduce en el Arte, de la mano del Procurador de Judea, la figuración de Cristo como hombre acusado de haberse proclamado Dios y rechazado como Rey.
Antonio Ciseri: Presentación de Jesús al Pueblo. Palacio Pitti (Florencia)
Legner ha hecho retroceder hasta la Alta Edad Media, los antecedentes iconográficos de la Ostentatio Christi o Presentación de Jesús al pueblo. Según sus hipótesis, este tema es el que figura en un anillo de oro (h. s. VII) procedente de Siracusa y en un titulus del Códice 48 de la Biblioteca de Saint Gall, datado entre los siglos IX y X. Ante la ausencia de representaciones fidedignas del tema hasta el siglo XV, el autor alemán debió confundir o equiparar la desaparecida iniciativa da dar a escoger al pueblo entre Cristo y Barrabás, que, por lo demás, es perfectamente reconocible en la miniatura del Codex Purpureus de Rossano que cita. Desde la fase bajo medieval el Ecce-Homo fue una fórmula iconográfica particularmente idónea como resorte devocional y emotivo. Si el relativo evangélico había resaltado su estrecha relación con la Coronación de Espinas ( de la que luce los mismos atributos, sólo que de pie en lugar de sentado), el trasfondo simbólico que posee como figura aislada la emparentaba con la iconografía germánica del Schmerzaensmann, fijada de manera conclusiva por Durero en diferentes grabados del Varón de Dolores, como el que lo exhibe con los brazos abiertos situado hacia 1507. El Ecce-Homo enriquecería y dotaría de un significado nuevo y más cercano a las representaciones de la humanidad doliente de Cristo, sin perder una ápice de historicidad y sin necesidad de recurrir a la elucubración alegórica del Varón de Dolores y sus variantes más allegadas.
Bernardo de Mora: Ecce-Homo. Altar-Relicario de la Capilla Real (Granada)
Por otro lado , la descontextualización de la imagen del protagonista del resto de la escena de la Presentación, permitía comprobar la prefiguración que los exégetas bíblicos habían trazado entre este asunto y las tribulaciones de Job, además del alcance efectivo de las vaticinios proféticos de Isaías al señalar que "tan desfigurado estaba su aspecto que no parecía ser de hombre ... No hay en él parecer, no hay hermosura para que le miremos, ni apariencia para que en él nos complazcamos. Despreciado y abandonado de los hombres, Varón de Dolores y familiarizado con el sufrimiento y como uno ante el cual se oculta el rostro, menospreciado sin que le tengamos en cuenta". "Lea el pío, y erudito Pintor lo que de ésto han escrito los Evangelistas, y tendrá abierto un campo exquisito", una recomendación que Interián de Ayala podía, desde luego, haberse ahorrado visto el predicamento del tema siglos antes de publicarse su obra. En la pintura del siglo XV y principios del XVI se observa una tendencia iconográfica favorable a incentivar los valores dramáticos del Ecce-Homo, centrando la composición de la obra en la visión de aquellos aspectos más descarnados y ultrajantes. Una tabla atribuida a Jan Provost exhibe ciertas rarezas iconográficas respecto a lo acostumbrado, al mostrar a Cristo con las espaldas, la cabeza y la mitad del rostro cubiertos por un velo blanco, atravesado por las punzantes y erizadas espinas de la corona. Otros ejemplos como otra tabla atribuida a Juan de Flandes o la asignada, alternativamente, a Bartolomé Bermejo y Juan Gascó, se muestran más cercanos tanto al sentimentalismo de la imago pietatis como al hieratismo icónico de los "retratos" imitadores de la paño de la Verónica. En ellos, la figura de Cristo se reduce casi a un primer plano, que permite apreciar el silente patetismo de los rasgos contraídos y la profunda amargura que desprenden los ojos del personaje, surcados por abundantes lágrimas. Las posibilidades formulistas y el poder de sugerencias del tema se vieron ampliados en el terreno de la Escultura, ensayándose un esquema compositivo más ambicioso con el cual se identifican algunas piezas de la postrimerías del XV como, por ejemplo, el Ecce-Homo de la catedral de Palencia, atribuida al taller de Gil de Siloé. Pese a su rígido esquematismo, en esta obra late un interés artístico que, sin ser contrario a ellos, no responde únicamente a propósitos devocionales más o menos exaltados, sino a un deseo de explorar con mayor plasticidad la anatomía de una figura, todavía sujeta a los convencionalismos de la época. Son los primeros pasos de un proceso que, parafraseando su propia denominación, acabaría identificando a la iconografía del Ecce Homo, y a otras de signo cristológico, con el ideal del hombre por excelencia, arquetipo de lo humano y modelo de suma perfección psíquica y somática, tan grato a los humanistas. En este sentido, la estructura doctrinal hispana del Quinientos ofrecía un caldo de cultivo que creemos debe tenerse en cuenta para la creciente aceptación de la temática. En esta centuria para la creciente aceptación de la temática. En esta centuria, los motivos del neoplatonismo cristiano de origen florentino se fundieron con los motivos erasmianos, a la par que los humanistas españoles tomaban conciencia del valor educativo y social de la Literatura y del Arte, sin perder nunca, como ha señalado Anceschi, "ese sentido de la espontaneidad y la originalidad de la humana invención". Es innegable que esa inspiración neoplatónica embargó al conjunto del cristo centrismo iconográfico del XVI, pero podemos señalar que dicha premisa se hace sentir de una forma más sólida y puntualizada en lo tocante a los núcleos temáticos del Ecce Homo y del Resucitado, cuyas características formales e iconológicas se amoldaban explícitamente a la concepción "mística" del Cristo Radiante, sustanciada en el pensamiento de Erasmo.
Gregorio Fernández: Ecce-Homo. Museo Diocesano y Catedralicio (Valladolid)
Las repercusiones de estas inquietudes intelectuales sobre la plástica española, condujeron a que en este país no se paganizara lo cristiano, sino que, como atinadamente lo ha definido Martínez Medina, se cristificara lo pagano. Así, observamos cómo Juan de Juni confiere a un busto del Ecce Homo (h. 1545) un tratamiento iconográfico verdaderamente y consabidos estilemas lacerantes con el modelado heroico de envidiable a la de un Zeus. En sus figuras de cuerpo entero se logran resultados de un hedonismo aún mayor, como la enigmática estatua del primer tercio del XVII, labrada por el artista italiano Francisco Terrilli y colocada en ala Capilla Real de la Catedral de Sevilla. Se trata de una pieza donde triunfa por completo la exaltación de la belleza corpórea. El pormenorizado estudio del desnudo, casi integral y andrógino, presencia del peculiar sudario dorado, elemento que se anuda por debajo de la cintura dejando al aire las caderas de la efigie y se recoge en una moña en torno a la zona del pubis, en un alarde de preciosismo muy cercano a los de la escultura helenística. No menos rebosante de Clasicismo y sensualidad es el Ecce Homo de la iglesia de San Nicolás de Valladolid que Gregorio Fernández tallara casi por los mismos años (h. 1612-1615), considerado por Urrea un prototipo iconográfico del tema. Con un modelado mórbido y desacostumbrado en otras de sus obras, el escultor castellano ha puesto la vista en las estatuas antiguas para imaginar a Cristo en un estado de ensoñación melancólica, con las piernas algo flexionadas y las manos y brazos cruzados temblorosamente ante el pecho. La ensortijada cabellera, cuyas ondulaciones remada la barba, sus esbeltas y atléticas proporciones y las calidades palpitantes de la policromía, corroboran el juicio de Martín González al decir de él que "es el contraposto del siglo V griego y el esfumato de Praxíteles".La propagación de las ideas contrarreformitas fueron introduciendo algunas variantes en la línea interpretativa del tema analizado. Ahora se esperaba de los artistas su capacidad de síntesis para conciliar en una belleza formal en la que el dolor y los acentos realistas también debían hacerse presentes, sin renunciar del todo al componente idealizador descrito. Los ejemplos del área granadina, magistralmente estudiados por el profesor Orozco Díaz, ilustran perfectamente la evolución experimentada por el Ecce Homo y algunos Flagelados de la mano de artistas como Juan Bautista Vázquez el Mozo, Diego de Siloé, Pablo de Rojas, Baltasar de Arce, Gaspar Núñez Delgado y los hermanos Miguel y Jerónimo Garbusto, que anticipan las grandes creaciones barrocas de José de Mora y, sobre todo, Pedro de Mena y Medrano. Las figuras de Mena consagran y recuperan para el tipo, aquella primera homologación con la imago pietatis. El receptor de esos gestos, a veces interrogantes que trasmiten resignación o tristeza, no son los sayones o romanos de un paso procesional, sino el mismo espectador al que estos Ecce Homos invitan a participar, como dijera Gallego Burin, de "toda el ansia barroca de eternidad" encerrada en sus patéticas expresiones y su dolor silencioso. La literatura se revelaría como una eficaz colaboradora en la popularización de esta iconografía. Cuando no se hacía hablar a la imagen colocando un oportuno rótulo a sus pies, se utilizaba el estilo directo en el texto impreso o manuscrito o se procuraba mover a la meditación sobre el asunto, pronunciándose en unos términos descriptivos afines a los que Fray Luis de Granada, entre otros, elevará a cotas de inquietante misticismo:
¡Oh dulcísimo Salvador mío!, cuando yo abro los ojos y miro este retablo tan doloroso, ¿como no se parte el corazón de dolor? Veo esa delicadísima cabeza, de que tiemblan los poderes del cielo, traspasada con crueles espinas. Veo escupido y abofeteado ese divino rostro, oscurecida la lumbre de esa fuente clara, cegados con la lluvia de la sangre esos ojos serenos. Veo los hilos de sangre que gotean de la cabeza y descienden por el rostro y borran la hermosura de esa divina cara.
Francisco Berlanga de Ávila. 1988: Ntro. P. Jesús de los Afligidos en su Sagrada Presentación al Pueblo. Ex-Convento de Ntra. Sra. de la Victoria (Puente Genil - Córdoba)
Fuentes documentales: - SÁNCHEZ LÓPEZ, J.A.: "El Alma de la Madera: Cinco Siglos de Iconografía y Escultura procesional en Málaga", 1996. - Juan 6-7 y 15. "Díjole Pilatos: Tomadlos vosotros y crucificádle, pues yo no hallo delito en Él. Respondieron los judíos: Nosotros tenemos una ley, y según la Ley, debe morir, porque se ha hecho Hijo de Dios ... Díjoles Pilatos: ¿A vuestro rey voy a crucificar?. Contestaron los príncipes de los sacerdotes: Nosotros no tenemos más rey que al César". - LEGNER A.: "Ecce-Homo", AA.VV. Lexikon der Christlicken Ikonpgraphie, vol.1. - Job 1, 6-22 y 2, 1-10. Isaías, 52, 14 y 53, 2-3 - BERMEJO, E.: "Pintura del Ecce-Homo".CAMON AZNAR, J.: (La Pasión de Cristo) y RODRÍGUEZ CULEBRAS, R. - ARAL GIL, C.J.: "Escultura del Ecce-Homo", AA.VV.: Las Edades del Hombre. -ANCESCHIL, L., op. cit.HERNÁNDEZ DÍAZ, J.: Retablos y esculturas". - URREA FERNANDEZ, J.: "Un Ecce-Homo de Gregorio Fernández. - MARTÍN GONZALEZ, J.J.: "La escultura del siglo XVII en las demás escuelas española". GALLEGO BURIN, A.: José de Mora su vida y obra.OROZCO DÍAZ, E.: "Un Ecce-Homo desconocido de Pedro de Mena y la interpretación de este tema en la escultura granadina". - El Barroco granadino. - A.M.A.P.M., Caja 1982, Ms. pza. 33: Sermón del Jueves Sto. en la tarde. Ecce-Homo 1832.

jueves, 9 de octubre de 2008

"EL SANTO ROSARIO" III

III
QUÉ ES EL SANTO ROSARIO Definición, nombres del Rosario y los Papas y el Santo Rosario
DEFINICIÓN
Hasta ahora se ha considerado como la mejor definición del Rosario, la que dio el Sumo Pontífice San Pío V en su "Bula" de 1569: "El Rosario o salterio de la Stma. Virgen, es un modo piadosísimo de oración, al alcance de todos, que consiste en ir repitiendo el saludo que el ángel le dio a María; interponiendo un Padrenuestro entre cada diez Avemarías y tratando de ir meditando mientras tanto en la Vida de Nuestro Señor". El Rosario constaba de 15 Padrenuestros y 150 Avemarías, en recuerdo de los 150 Salmos. Ahora son 20 Padrenuestros y 200 Avemarías, al incluir los misterios de la luz.
NOMBRES DEL ROSARIO
Al Rosario de María se le llama de muchas maneras y se le compara con muchas cosas. Su estructura externa y la riqueza de su contenido dan pie a lo siguiente: Es un Río de Rosas formado por las cincuenta Avemaría y las otras oraciones y jaculatorias, que fluye desde los hombres hasta el cielo para pedir la intercesión de la Virgen. Es un Ramillete de Rosas dedicado a la Virgen: "Venid gentes y coged las rosas de estos misterios" (Liturgia: Himno de la fiesta). Es también como una Corona de Rosas tejida con flores de la más variada belleza y del más exquisito perfume: -los misterios de la vida de Cristo, las reflexiones y oraciones- que despiertan en nosotros sensaciones de dolor, de gloria o de alegría. Es asimismo un Salterio, con ciento cincuenta salutaciones a la Virgen. Es el Breviario de los Fieles, algo así como lo que es para lo clérigos el rezo oficial litúrgico. Los Papas, a partir de Pío XII, lo llaman Compendio del Evangelio, pues recuerda los hechos más destacados de la vida de Jesús y María, y a la vez nos invitan a vivirlos al poner a nuestra consideración, los misterios que se ocultan tras cada uno de esos hechos que recuerda.
LOS PONTÍFICES
S.S. León XIII "El Papa del Rosario"
A lo largo de los siglos los Papas han fomentado la pía devoción del rezo del rosario y le han otorgado indulgencias.
Dijo Nuestro Señor: "Donde dos o tres estén reunidos en mi nombre, allí estoy Yo en medio de ellos" (Mt 18:20). El rosario en familia es algo maravilloso. Es un modo práctico de fortalecer la unidad de la vida familiar. Es una oración al alcance de todos. Los Papas, especialmente los más recientes, han hecho gran énfasis sobre la importancia del rosario en familia.
El Papa dominico, San Pío V (1566 - 1572) dió el encargo a su congregación de propagar el santo rosario. Desde entonces los Papas han sido grandes devotos del rosario y de su propagación.
S.S León XIII escribió doce encíclicas referentes al rosario. Insistió en el rezo del rosario en familia, consagró el mes de octubre al rosario e insertó el título de "Reina del Santísimo Rosario" en la Letanía de la Virgen. Por todo esto mereció el título de "El Papa del Rosario". Todos los Papas del siglo XX han sido hijos devotísimos del Santo Rosario. Su Santidad Juan Pablo II insistió en el rezo del Santo Rosario en familia, en grupos, en privado. Pidió que se invite a todos a rezar, a no temer el compartir tan hermosa devoción, que es una catequesis de la fe. Nos alertó de que el mundo está en crisis y nuestras fuerzas humanas no bastan. La victoria, dijo el Papa, vendrá nuevamente de la mano de la Virgen María. Es la victoria de Su Hijo Jesucristo, el Señor, Rey del Universo.
ALGUNOS EXTRACTOS DE CARTAS ENCÍCLICAS
«INGRUENTIUM MALORUM» SOBRE EL ROSARIO EN LA FAMILIA Carta Encíclica del Papa Pío XII promulgada el 15 de septiembre de 1951 «GRATA RECORDATIO» SOBRE EL REZO DEL SANTO ROSARIO Carta Encíclica del Papa Juan XXIII promulgada el 26 de Septiembre de 1959 «ROSARIUM VIRGINIS MARIAE» SOBRE EL SANTO ROSARIO Carta Apostólica del Sumo Pontífice Juan Pablo II, al episcopado, al clero y a los fieles. 16 de Octubre de 2002 - Año del Santo Rosario «MEDITAR CON MARÍA LOS MISTERIOS DE LA REDENDIÓN REZANDO EL ROSARIO» Homilía pronunciada por Juan Pablo II durante la Misa para las Asociaciones y Movimientos marianos en la plaza de San Pedro. 2 de octubre de 1983

miércoles, 8 de octubre de 2008

"EL SANTO ROSARIO" II

II HISTORIA DEL SANTO ROSARIO Promesas de la Virgen a Sto. Domingo y victorias cristianas por la devoción a Ntra. Sra. del Rosario
Promesas de la Virgen a los que recen en el rosario
Un creciente número de hombres se unió a la obra apostólica de Domingo y, con la aprobación del Santo Padre, Domingo formó la Orden de Predicadores (mas conocidos como Dominicos). Con gran celo predicaban, enseñaban y los frutos de conversión crecían. A medida que la orden crecía, se extendieron a diferentes países como misioneros para la gloria de Dios y de la Virgen. El rosario se mantuvo como la oración predilecta durante casi dos siglos. Cuando la devoción empezó a disminuir, la Virgen se apareció a Alano de la Rupe y le dijo que reviviera dicha devoción. La Virgen le dijo también que se necesitarían volúmenes inmensos para registrar todos los milagros logrados por medio del rosario y reiteró las promesas dadas a Sto. Domingo referentes al rosario. Promesas de Nuestra Señora, Reina del Rosario, tomadas de los escritos del Beato Alano: 1. Quien rece constantemente mi Rosario, recibirá cualquier gracia que me pida. 2. Prometo mi especialísima protección y grandes beneficios a los que devotamente recen mi Rosario. 3. El Rosario es el escudo contra el infierno, destruye el vicio, libra de los pecados y abate las herejías. 4. El Rosario hace germinar las virtudes para que las almas consigan la misericordia divina. Sustituye en el corazón de los hombres el amor del mundo con el amor de Dios y los eleva a desear las cosas celestiales y eternas. 5. El alma que se me encomiende por el Rosario no perecerá. 6. El que con devoción rece mi Rosario, considerando sus sagrados misterios, no se verá oprimido por la desgracia, ni morirá de muerte desgraciada, se convertirá si es pecador, perseverará en gracia si es justo y, en todo caso será admitido a la vida eterna. 7. Los verdaderos devotos de mi Rosario no morirán sin los Sacramentos. 8. Todos los que rezan mi Rosario tendrán en vida y en muerte la luz y la plenitud de la gracia y serán partícipes de los méritos bienaventurados. 9. Libraré bien pronto del Purgatorio a las almas devotas a mi Rosario. 10. Los hijos de mi Rosario gozarán en el cielo de una gloria singular. 11. Todo cuanto se pida por medio del Rosario se alcanzará prontamente. 12. Socorreré en sus necesidades a los que propaguen mi Rosario. 13. He solicitado a mi Hijo la gracia de que todos los cofrades y devotos tengan en vida y en muerte como hermanos a todos los bienaventurados de la corte celestial. 14. Los que rezan Rosario son todos hijos míos muy amados y hermanos de mi Unigénito Jesús. 15. La devoción al Santo rosario es una señal manifiesta de predestinación de gloria.
LA VIRGEN DEL ROSARIO: ¡VENCEDORA DE LAS BATALLAS!
Europa y con ella toda la cristiandad estaba en grave peligro de extinción. Sabemos, por las promesas de Jesucristo, que eso no puede ocurrir pero, humanamente, no había solución para la amenaza del Islam. Los Musulmanes se proponían hacer desaparecer, a punta de espada, el cristianismo. Ya habían tomado Tierra Santa, Constantinopla, Grecia, Albania, África del Norte y España. En esas extensas regiones el cristianismo era perseguido, y muchos mártires derramaron su sangre, muchas diócesis desaparecieron completamente. Después de 700 años de lucha por la reconquista, España y Portugal pudieron librarse del dominio musulmán. Esa lucha comenzó a los pies de la Virgen de Covadonga y culminó con la conquista de Granada, cuando los reyes católicos, Fernando e Isabel, pudieron definitivamente expulsar a los moros de la península en el 1492. ¡La importancia de esta victoria es incalculable ya que en ese mismo año ocurre el descubrimiento de América y la fe se comienza a propagar en el nuevo continente!
La batalla de Lepanto
En la época del Papa Pío V (1566 - 1572), los musulmanes controlaban el Mar Mediterráneo y preparaban la invasión de la Europa cristiana. Los reyes católicos de Europa estaban divididos y parecían no darse cuenta del peligro inminente. El Papa pidió ayuda pero se le hizo poco caso. El 17 de septiembre de 1569 pidió que se rezase el Santo Rosario. Por fin en 1571 se estableció una liga para la defensa de Europa. El 7 de octubre de 1571 se encontraron las flotas cristianas y musulmanas en el Golfo de Corinto, cerca de la ciudad griega de Lepanto. La flota cristiana, compuesta de soldados de los Estados Papales, de Venecia, Génova y España y comandada por Don Juan de Austria, entró en batalla contra un enemigo muy superior en tamaño. Se jugaba el todo por el todo. Antes del ataque, las tropas cristianas rezaron el santo rosario con devoción. La batalla de Lepanto duró hasta altas horas de la tarde pero, al final, los cristianos resultaron victoriosos.
La batalla de Lepanto. Óleo sobre lienzo. Anónimo madrileño. Primer tercio del siglo XVII
En Roma, el Papa se hallaba recitando el rosario en tanto se había logrado la decisiva y milagrosa victoria para los cristianos. El poder de los turcos en el mar se había disuelto para siempre. El Papa salió de su capilla y, guiado por una inspiración, anunció con mucha calma que la Santísima Virgen había otorgado la victoria. Semanas mas tarde llegó el mensaje de la victoria de parte de Don Juan, quién. desde un principio, le atribuyó el triunfo de su flota a la poderosa intercesión de Nuestra Señora del Rosario. Agradecido con Nuestra Madre, el Papa Pío V instituyó la fiesta de Nuestra Señora de las Victorias y agregó a las Letanía de la Santísima Virgen el título de "Auxilio de los Cristianos". Más adelante, el Papa Gregorio III cambió la fiesta a la Nuestra Señora del Rosario. Los turcos seguían siendo poderosos en tierra y, en el siglo siguiente, invadieron a Europa desde el Este y, después de tomar enormes territorios, sitiaron a Viena, capital de Austria. Una vez mas, las tropas enemigas eran muy superiores. Si conquistaban la ciudad toda Europa se hacia muy vulnerable. El emperador puso su esperanza en Nuestra Señora del Rosario. Hubo gran lucha y derramamiento de sangre y la ciudad parecía perdida. El alivio llegó el día de la fiesta del Santo Nombre de María, 12 de septiembre, de 1683, cuando el rey de Polonia, conduciendo un ejército de rescate, derrotó a los turcos.
La batalla de Temesvar
El Príncipe Eugenio de Saboya derrotó en Temesvar (en la Rumania moderna) a un ejercito turco dos veces mas grande que el suyo, el 5 de agosto de 1716, que en aquel entonces era la fiesta de Nuestra Señora de las Nieves. El Papa Clemente XI atribuyó esta victoria a la devoción manifestada a Nuestra Señora del Rosario. En acción de gracias, mandó que la fiesta del Santo Rosario fuera celebrada por la Iglesia universal.
(Fuente: Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María)

martes, 7 de octubre de 2008

"EL SANTO ROSARIO" I

I HISTORIA DEL SANTO ROSARIO De los romanos y los griegos a la institución por la Iglesia
En la antigüedad, los romanos y los griegos solían coronar con rosas a las estatuas que representaban a sus dioses como símbolo del ofrecimiento de sus corazones. La palabra rosario significa "corona de rosas".
Siguiendo esta tradición, las mujeres cristianas que eran llevadas al martirio por los romanos, marchaban por el Coliseo vestidas con sus ropas más vistosas y con sus cabezas adornadas de coronas de rosas, como símbolo de alegría y de la entrega de sus corazones al ir al encuentro de Dios. Por la noche, los cristianos recogían sus coronas y por cada rosa, recitaban una oración o un salmo por el eterno descanso del alma de las mártires. La Iglesia recomendó rezar el rosario, el cual consistía en recitar los 150 salmos de David, pues era considerada una oración sumamente agradable a Dios y fuente de innumerables gracias para aquellos que la rezaran. Sin embargo, esta recomendación sólo la seguían las personas cultas y letradas, pero no la mayoría de los cristianos. Por esto, la Iglesia sugirió que aquellos que no supieran leer, suplantaran los 150 salmos por 150 Avemarías, divididas en quince decenas. A este rosario corto se le llamó el salterio de la Virgen. A finales del siglo XII, Santo Domingo de Guzmán sufría al ver que la gravedad de los pecados de la gente estaba impidiendo la conversión de los albigenses y decidió ir al bosque a rezar. Estuvo en oración tres días y tres noches haciendo penitencia y flagelándose hasta perder el sentido. En este momento, se le apareció la Virgen con tres ángeles y le dijo que la mejor arma para convertir a las almas duras no era la flagelación, sino el rezo de su salterio. Santo Domingo murió en 1221, después de una vida en la que se dedicó a predicar y hacer popular la devoción del Rosario entre las gentes de todas las clases sociales para el sufragio de las almas del Purgatorio, para el triunfo sobre el mal y prosperidad de la Santa Madre de la Iglesia. El rezo del Rosario mantuvo su fervor por cien años después de la muerte de Santo Domingo y empezó a ser olvidado. En 1349, hubo en Europa una terrible epidemia de peste a la que se le llamó "la muerte negra" en la que murieron muchísimas personas. Fue entonces cuando el fraile Alan de la Roche, superior de los dominicos en la misma provincia de Francia donde había comenzado la devoción al Rosario, tuvo una aparición, en la cual Jesús, la Virgen y Santo Domingo le pidieron que reviviera la antigua costumbre del rezo del Santo Rosario. El Padre Alan comenzó esta labor de propagación junto con todos los frailes dominicos en 1460. Ellos le dieron la forma que tiene actualmente, con la aprobación eclesiástica. A partir de entonces, esta devoción se extendió en toda la Iglesia.
¿CUÁNDO SE INSTITUYÓ FORMALMENTE ESTA FIESTA?
El 7 de octubre de 1571 se llevó a cabo la batalla naval de Lepanto, en la cual los cristianos vencieron a los turcos. Los cristianos sabían que si perdían esta batalla, su religión podía peligrar y por esta razón confiaron en la ayuda de Dios a través de la intercesión de la Santísima Virgen. El Papa San Pío V pidió a los cristianos rezar el rosario por la flota. En Roma estaba el Papa despachando asuntos cuando de repente se levantó y anunció que la flota cristiana había sido victoriosa. Ordena el toque de campanas y una procesión. Días más tarde llegaron los mensajeros con la noticia oficial del triunfo cristiano. Posteriormente, instituyó la fiesta de Nuestra Señora de las Victorias el 7 de octubre. Un año más tarde, Gregorio XIII cambió el nombre de la fiesta por el de Nuestra Señora del Rosario y determinó que se celebrase el primer domingo de Octubre (día en que se había ganado la batalla). Actualmente se celebra la fiesta del Rosario el 7 de Octubre y algunos dominicos siguen celebrándola el primer domingo del mes.