sábado, 13 de septiembre de 2008

"HISTORIA Y LEYENDAS SOBRE LA SANTA CRUZ" III

III
LA EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ
Recuperación de la Vera Cruz de manos de los persas
 


En el año 600 el rey persa Cosroes II, pagano y enemigo de la religión católica invadió la Tierra Santa de Palestina, y ayudado por los judíos y samaritanos fue destruyendo sistemáticamente todo lo que encontró de católico por allí: templos, casas religiosas, altares, etc. Mandó matar a millares de cristianos, a muchos otros los vendió como esclavos y al resto los fue desterrando sin piedad. Posteriormente, en el año 614, tomó Jerusalén y, tras la victoria, se llevó la Vera Cruz y la puso bajo los pies de su trono, como símbolo de su desprecio a la religión de los cristianos.Al Arzobispo de Jerusalén, San Zacarías también lo envió al destierro. En el año 628, el emperador Heraclio de Constantinopla logró derrotar a Cosroes II y quitarle la Santa Cruz que el otro había robado de Jerusalén. Al llegar de nuevo la Santa Cruz a Jerusalén, el emperador dispuso acompañarla en solemne procesión, pero vestido con todos los lujosos ornamentos reales, y de pronto se dió cuenta de que no era capaz de avanzar. Entonces el Arzobispo de Jerusalén, Zacarías, le dijo: "Es que todo ese lujo de vestidos que lleva, están en desacuerdo con el aspecto humilde y doloroso de Cristo, cuando iba cargando la cruz por estas calles". Entonces el emperador se despojó de su manto de lujo y de su corona de oro, y descalzo, empezó a recorrer así las calles y pudo seguir en la piadosa procesión.

 
(Decapitación de Cosroe y entrada de Heraclio en Jerusalén. Agnolo Gaddi. Basílica de Santa Croce. Florencia)


La Santa Cruz (para evitar nuevos robos) fue partida en varios pedazos. Uno fue llevado a Roma, otro a Constantinopla, un tercero se dejó en un hermoso cofre de plata en Jerusalén. Otro se partió en pequeñísimas astillas para repartirlas en diversas iglesias del mundo entero, que se llamaron "Veracruz"(verdadera cruz). La fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz o Triunfo de la Santa Cruz se celebra el 14 de Septiembre y en recuerdo de la recuperación de la Santa Cruz de manos de los persas. Nosotros recordamos con mucho cariño y veneración la Santa Cruz porque en ella murió nuestro Redentor Jesucristo, y con las cinco heridas que allí padeció pagó Cristo nuestras inmensas deudas con Dios y nos consiguió la salvación.

 
SIGNIFICADO DE LA CRUZ

La Cruz resume toda la teología sobre Dios, el misterio de la salvación en Cristo y la vida cristiana. La Cruz nos representa un Dios trascendente, pero próximo; un Dios que ha querido vencer el mal con su propio dolor; un Cristo que es Juez y Señor, pero, a la vez, Siervo, que quiso llegar a la total entrega de sí mismo, como imagen del amor y de la condescendencia de Dios; un Cristo que en su Pascua ha dado al mundo la reconciliación y la Nueva Alianza entre la humanidad y Dios. La Cruz ilumina toda nuestra vida. Nos da esperanza. Nos enseña el camino. Nos asegura la victoria en Cristo, a través de la renuncia a sí mismo, y nos compromete a seguir el mismo estilo de vida para llegar a participar en el cielo de la vida del Resucitado. La Cruz, que para los judíos era escándalo y para los griegos necedad (1 Cor 1,18-23), que escandalizó también a los discípulos de Jesús, se ha convertido para nuestro en el mejor símbolo de victoria y esperanza, nuestro más auténtico signo de salvación y gloria. En el N T, la cruz nunca es la meta final, siempre es el camino hacia la vida y tránsito hacia la gloria (Mc 8,31; Jn 3,14; 8,28; 12,32; 19,34.37; Heb 2,23.32; 3,15; 5,30-31; Ap 22,2.14.19).



LA SEÑAL DE LA CRUZ

Al hacerla, y pronunciando estas misteriosas palabras "EN EL NOMBRE DEL PADRE Y DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO" nos comprometemos a obrar: • en el nombre del Padre que nos ha creado, • en el nombre del Hijo que nos ha redimido, • en el nombre del Espíritu Santo que nos santifica. En una palabra: a actuar como hijos o hijas de Dios. Este signo es la señal de la consagración de toda nuestra persona. Al tocar nuestra frente: «rezamos a Dios todos nuestros pensamientos. Al tocar nuestro pecho: consagramos a Dios todos los sentimientos de nuestro corazón. Al tocar nuestro hombro izquierdo: le ofrecemos todas nuestras penas y preocupaciones. Al tocar nuestro hombro derecho: le consagramos nuestras acciones. La señal de la Cruz es en sí misma fuente de grandes gracias. Debo considerarla como la mejor preparación a la oración, pero ya es en sí misma una oración. Es una bendición.

 


DEVOCIONARIO
Himno (laudes)
Brille la cruz del Verbo luminosa, Brille como la carne sacratísima De aquel Jesús nacido de la Virgen Que en la gloria del Padre vive y brilla. Gemía Adán, doliente y conturbado, Lágrimas Eva junto a Adán vertía; Brillen sus rostros por la cruz gloriosa, Cruz que se enciende cuándo el Verbo expira. ¡Salve cruz de los montes y caminos, junto al enfermo suave medicina, regio trono de Cristo en las familias, cruz de nuestra fe, salve, cruz bendita! Reine el señor crucificado, Levantando la cruz donde moría; Nuestros enfermos ojos buscan luz, Nuestros labios, el río de la vida. Te adoramos, oh cruz que fabricamos, Pecadores, con manos deicidas; Te adoramos, ornato del Señor, Sacramento de nuestra eterna dicha. Amén.

ORACIÓN
Señor, Dios nuestro, que has querido salvar a los hombres por medio de tu Hijo muerto en la cruz, te pedimos, ya que nos has dado a conocer en la tierra la fuerza misteriosa de la Cruz de Cristo, que podamos alcanzar en el cielo los frutos de la redención. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
 
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Himno (vísperas)
 
Las banderas reales se adelantan Y las cruz misteriosa en ellas brilla: La cruz en que la vida sufrió muerte Y en que, sufriendo muerte, nos dio vida. Ella sostuvo el sacrosanto cuerpo Que, al ser herido por la lanza dura, Derramó sangre y agua en abundancia Para lavar con ellas nuestras culpas. En ella se cumplió perfectamente Lo que David profetizó en su verso, Cuándo dijo a los pueblos de la tierra: “ Nuestro Dios reinará desde un madero”. ¡Árbol lleno de luz, árbol hermoso, árbol hornado con la regia púrpura y destinado a que su tronco digno sintiera el roce de la carne pura! ¡Dichosa cruz que con tus brazos firmes, en que estuvo colgado nuestro precio, fuiste balanza para el cuerpo santo que arrebató su presa a los infiernos! A ti, que eres la única esperanza, Te ensalzamos, oh cruz, y te rogamos Que acrecientes la gracia de los justos Y borres los delitos de los malos. Recibe, oh Trinidad, fuente salubre La alabanza de todos los espíritus, Y tú que con tu cruz nos das el triunfo, Añádenos el premio, oh Jesucristo. Amén
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VICTORIA, TU REINARAS

Victoria, tú reinarás. ¡Oh Cruz, tú nos salvarás! El Verbo en ti clavado, muriendo, nos rescató; de ti, madero santo, nos viene la redención. Extiende por el mundo tu reino de salvación. ¡Oh Cruz fecunda, fuente de vida y bendición! Impere sobre el odio tu reino de caridad; alcancen las naciones el gozo de la unidad. Aumenta en nuestras almas tu reino de santidad; el río de la gracia apague la iniquidad. La gloria por los siglos a Cristo libertador, su cruz nos lleva al cielo, la tierra de promisión.
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"Señor, Jesús, te pido la gracia y la fuerza de poder aceptar la cruz, del mismo modo que tu la aceptaste, y que, como lo Cirineo, ayude a llevar la tuya en los demás."



(Fuentes: Culturas Antiguas "Los Persas", Enciclopedia Católica y Devocionario Católico)

 

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