lunes, 10 de agosto de 2009

"ANTONIO MORENO, COMPOSITOR DE MARCHAS PROCESIONALES"

"He querido llevar a las marchas un paso más allá"
-«Desconsuelo» es una de las marchas más atractivas del momento. ¿Cómo nació?
-Parte de mi inquietud musical por aportar algo nuevo en las agrupaciones musicales. Por el hecho de innovar y de mi concepto propio de marcha para este estilo, quise llevar a las marchas para agrupación un paso más allá de lo cotidiano, con todos los respetos a los demás compositores. El resultado es una marcha con muchos cromatismos y siempre con una intención bastante clara, que es describir el desconsuelo de la Santísima Madre por ver sufrir a su Hijo. Con esta marcha he querido describir el Via Crucis que vive la Virgen al seguir a Jesús. -Y que demuestra que una plantilla tan amplia como la de una agrupación puede ser óptima para una marcha fúnebre... -Claro que sí. Incluso si se incluyeran instrumentos como trompas, le daría un matiz diferente. Pero en definitiva, con el colectivo con el que contamos, la verdad es que se pueden hacer maravillas. -¿Tienen este tipo de marchas un trabajo de armonía y técnica tan complejo como parecen? -A la hora de ponerme manos a la obra, yo los conceptos los tengo claros, al menos en armonía. Si quiero expresar una cierta nostalgia o un cierto recogimiento musical para los sentimientos, siempre echo mano de acordes intercalando menores con mayores y escalas cromáticas, dependiendo del contexto que quiera reflejar. En «Desconsuelo»jugué con varios motivos, tanto momentos trágicos y dramáticos como otros de una solera suave. -Y con gran protagonismo de la corneta, solapada últimamente en las agrupaciones. -Y también juego con la tonalidad, si bemol menor, y con las progresiones armónicas para que la corneta se desarrolle dentro de sus posibilidades. En «Desconsuelo» el solo de la corneta describe el sufrimiento de María. Un instrumento brillante agudo, con una melondía así, da la sensación de dramatismo. Por eso me he querido refugiar en la corneta en su tesitura aguda, para llevar a cabo esta función. -En el género de agrupación musical hay una serie de marchas de toque flamenco que ahora hacen furor. ¿Condiciona este modelo a la hora de crear? -Los compositores que salen ahora se agarran a un estilo flamenco que gusta a muchos cofrades. Yo tengo mi propio punto de vista. «Estrella del Lunes Santo» es un poco nacionalista, pero por influencia de la época de Falla o Turina, aunque sin llegar a lo chabacano. La música andaluza se puede reflejar en marchas como «Soleá, dame la mano», que no deja de ser andaluza. Estoy a favor de eso, pero con una línea algo conservadora y sin caer en un aire un tanto chabacano y de charanga. -Andaluza sin ser comercial, ¿no? -Exactamente. Yo estoy expuesto a que no guste a todo el mundo. Mi estilo es demasiado personal porque quiero estar aparte de las tendencias. Tengo que ser como soy, con mi filosofía propia. Yo hago una composición para una imagen venerable. Si lleva tal percusión y al costalero le acompaña, pues bienvenido sea, pero sé que no gustarán tanto como otras. Lo respeto: prefiero ser un Ismael Serrano que un David Bisbal, por poner un ejemplo. -A la hora de componer, ¿prima más el deseo de abrir caminos o lo que le inspiran las imágenes a que están dedicadas? -Si una cofradía o banda me llama para encargarme alguna marcha, previamente quiero saber a qué imagen se dedica. A partir de ahí lo desarrollo. Soy cristiano practicante, con todas mis virtudes y defectos, y ese sentimiento hacia Dios y su bendita Madre siempre lo tengo ahí.
(Texto y fotografía: ABC de Córdoba)

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